miércoles, 6 de marzo de 2013

Las recompensas que Dios otorga




Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz, y queda sana de tu azote. Marcos 5:34

Si no tienes la mínima esperanza que Dios te escucha, ¿por qué oras?
¿Por qué preguntas a los demás porqué Dios no te contesta? ¿Por qué llenas de dudas tu mente, suponiendo que si Dios está escondido en algún lugar, escuchará tus penas, se conmoverá y responderá?
Dios responde a la fe. Si no hay fe, no se puede agradar a Dios. 
Primero crees, luego recibes.
La fe abre el camino que nos lleva a Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11:6

La verdad es que Dios, siendo Todopoderoso no puede actuar si no hay fe. A Jesús, Hijo de Dios, lleno del Espíritu Santo, le sucedió esto: “Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos” Marcos 6:5-6
Dios, en su Santidad, puso límites a sí mismo para no limitar la decisión de los hombres. Y los límites que desatan su Poder son tu oración, con fe.
El orar en público, para que te oigan, el mostrar tu filantropía para ser admirado por los hombres, no abre las ventanas de los cielos.
 Un corazón sincero es lo que mueve a Dios.

¿Tienes poca fe? 
Ora más.

¿No recibes contestación? 
Ora más

Algo te puedo asegurar. Dios te va a responder.

La fe hace que la oración se fortalezca y te da paciencia para esperar en Dios. La fe cree que Dios recompensa. Ninguna otra verdad está tan firmemente declarada en las Escrituras como la que la fe mueve montañas.
No pienses que tu bondad ha pasado desapercibida a Dios, más bien pregúntate si fue una actitud sincera; si lo fue, Dios premiará tu hacer.
Recuerda lo que dice su Palabra: “Es galardonador de los que le buscan”
Cuando tu corazón sepa, sin sombra de duda, que Dios recompensa, tu espera se hará corta. Y mientras esperas, ora, habla con tu Padre.
Es tu Padre, te ama, es Todopoderoso.
Sus brazos jamás se cierran. En este preciso instante te está aguardando.

Oración: Amado Padre Mío, nos unimos en oración con los que han accedido a esta página de internet y levantamos nuestras manos en alabanza y adoración. Sabemos que Tú no rechazas un corazón humillado, dolorido. Seca mis lágrimas, sana mis heridas.
¿Quién sino Tú, lo hará?
En el nombre de Jesús
Amén

Bendiciones
Tu hermano en Cristo
Roosevelt J. Altez


           http://iglesiaheroesdelafe.org 

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