miércoles, 26 de febrero de 2014

No te dejaré, si no me bendices


Y dijo: Déjame, que el alba sube. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.
Génesis 32:26

No desestimes nunca el Poder de la Oración. Cuando oras de acuerdo a la voluntad de Dios, tu oración es imparable.

 -¿Qué cómo conocemos la voluntad de Dios?
 -Interesante pregunta

La respuesta es estudiando cuidadosamente las Escrituras Sagradas.
Jesús nos hizo esta promesa: “Si permanecen en mí y mi Palabra permanece en vosotros, pidan todo lo que quieran y les será hecho” Juan 15:7

Claro, te fuiste como yo la primera vez que lo leí, directamente a la parte segunda de la frase: “pidan todo lo que quieran y les será hecho”.

Nos encanta, es como si hubiéramos encontrado la famosa lámpara de Aladino, como si Dios fuera el genio enorme y con voz de trueno, contenido en aquel tan pequeño recipiente.

Pero no es así, la oración es un todo, así que la primera parte: “Si permanecen en mí y mi Palabra permanece en vosotros” es tan o más importante que la segunda, puesto que es la condición para que la última se cumpla.

Así que la pregunta es si caminamos de acuerdo a las preciosas y nada gravosas enseñanzas del Maestro. Él dijo que fuéramos a Él, trabajados, cansados y cargados, que dejásemos nuestras cargas a sus pies y que lleváramos su yugo, pues era liviano. Mateo 11:28-31
Si lo estás haciendo, pide sin dudar, y seguro que tus oraciones van a ser contestadas.

Es más, no es sólo en el pasaje de 15:7, también dice Juan, ya anciano, en su primera carta: “Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos pedido” 1 Juan 5:14-15

Por lo tanto, no te des por vencido, no te des por vencida y recuerda lo que también dijo el Maestro en Mateo 7:7: 
“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. »¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? 11 Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!”

Por si no te diste cuenta el pasaje comienza con pidan, pero levanta el tono y la segunda acción es más intensa: busquen, y luego (cuando ya estás desesperado o desesperada): llamen  

En el pasaje inicial, cuando Jacobo luchó con el ángel, rayaba el alba y seguía aferrado al ser celestial, al pedido de que lo soltara dijo…

 -(Anda, lee de nuevo) “ Si no me bendices no te dejaré”
La pregunta es: ¿Qué tan agarrado o agarrada estás tú a la promesa?

¿Quieres orar conmigo?
Amado Padre Celestial: Venimos a Ti Señor Todopoderoso y Eterno, a humildemente recordarte tus promesas, y a pedirte, buscarte, y llamarte, para que concedas esta petición: (______________________)
Te lo pedimos en el Nombre que es sobre todo Nombre
En el Nombre de Jesús
Y en El decimos
Amén y Amén

Te saluda
Tu Hermano en Cristo
Roosevelt Jackson Altez

Pastor MTS

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